Un espacio con 3 lados al exterior. Queremos una planta libre, independiente del perímetro. No existen particiones interiores. Expositivamente, cada conjunto los situamos alrededor de alfombras circulares, negándose las unas a las otras y manteniendo el foco de atención sobre si mismas. El espacio lo recoge el plano horizontal negro flotante, libre e independiente de los paramentos. La medianera la cubrimos de espejo enmarcado en iroko que diluye los límites y refleja los módulos de fachada, naraja, brillante, móvil, protagonista, que hemos diseñado reinterpretando la mallorquina mediterránea. Sobre la única pared, blanca y limpia, proyectamos luces de colores, festivas, alegres, vivas y cambiantes. Como debe ser.
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